Ryukiba:
3era
Parte
La lanza de la Verdad
Para cuando Sheizo volvió a abrir los ojos,
estaba muy lejos de las murallas del reino, acostado en el pasto junto a un
riachuelo. Le habían quitado la armadura y solamente tenía su ropa de civil, su
torso había sido completamente vendado.
Sheizo se levantó y vio que también tenía un
vendaje en su cabeza, su espada estaba clavada en la tierra junto a él, mas lejos había un chico desconocido, tenía
una chaqueta y una bufanda negra, pantalones cortos y rasgados color verde
oscuro y unos guantes rojos en sus manos.
El joven estaba afilando una gran navaja
contra las rocas del riachuelo, Sheizo tomó su espada y sin importarle saber
quién era o qué hacía allí, se encaminó en dirección al reino.
-
Yo
que tu… no me atrevería a ir…- dijo el joven- después de todo hoy es la boda.
-
No
me importa…- dijo Sheizo sin detenerse- debo ir…
-
La
puerta principal está cerrada y vigilada…- insistió el joven poniéndose de pie
y siguiéndolo.
-
Lo
imagino…- admitió Sheizo.
-
Ese
Daniel estaba en lo cierto- dijo el joven, Sheizo se detuvo- …después de sanar tus heridas y traerte hasta aquí,
dijo que cuando despertaras no escucharías razones o explicaciones y volverías.
-
¿lo
conoces?- dijo Sheizo por primera vez viendo al joven, notó que era algo alto y
delgado- te ves como un Bandido.
-
Me
llamo Roge- dijo el chico- y si… soy conocido como un bandido.
-
Imagino
que Daniel te ordenó detenerme- dijo Sheizo dándose la vuelta y continuando su
camino.
-
De
hecho… no lo hizo…- admitió Roge- dijo que sería inútil tratar de detenerte… él
quería que te diera esto…
Roge sacó de su chaqueta un trozo de papel
doblado y arrugado, Sheizo reconoció la caligrafía y rápidamente se lo arrebató
de las manos.
“Querido
Kaito:
Eres el
único en quien confío y sobre lo que te he estado contando, al parecer no hay
más salida, me gustaría que habláramos esta noche en el baile real. Sé que
estarás ocupado con todos los preparativos y vigilancia, pero si logras hacer
un tiempo quiero que vayamos a un lugar apartado para discutir sobre esa
propuesta.
Atte:Yune”
Era la misma carta que la doncella había
entregado aquella mañana en el campo de entrenamiento. Era como enterrarle una
daga en el corazón, Sheizo sintió como si algo en su interior reventara contra
su pecho, sin embargo por otro lado era totalmente diferente.
-
Daniel
dijo que si eso no te detenía…- agregó Roge- entonces nada lo hará…
-
Tiene
razón…- dijo Sheizo y luego de unos segundos, guardó la carta y siguió
caminando- nada puede detenerme ahora…
-
¿de
verdad?
-
Entiendo
que para ti sea algo tonto ir tras una chica que ya decidió casarse con alguien
más…
-
La
verdad yo no sé nada… Daniel prometió no encerrarme si no te daba esa carta…
-
Entonces
ya no tienes obligación de seguirme… ¿cierto?
-
Eso
es muy cierto… sobre todo cuando vas a tu propia muerte… te digo que pelear contra
la guardia real…
-
Cuando
quieres a alguien de verdad… y cuando sabes lo que yo sé… estarías dispuesto a
pelear contra el cielo y la tierra…
-
Ya
veo… en ese caso te deseo suerte…
Sin decir otra palabra, Sheizo se encaminó
completamente solo hasta el castillo, dispuesto a pelear contra quien se
interpusiera en su camino hasta Yune, aunque sabía que eso sería duro, ya que
tendría que enfrentarse a quienes veía como amigos.
Las imponentes murallas del reino, una
edificación de tres pisos de altura están construidas con los ladrillos más
sólidos del reino y rodean todo el perímetro proporcionando una excelente
defensa contra los ataques invasores.
Para que un solo soldado se atreviera a
intentar atravesar las puertas principales, tendría que estar tan loco como un
hongo, o simplemente en busca de un suicidio, Lucas estaba de pie frente a las
puertas cerradas y en ambas torres de vigilancia se encontraban arqueros que a
pesar de sus ordenes de ataque, también sentían dudas al dispararle a uno de
los guardias reales.
Sheizo observó a Lucas quien lo miraba con un
rostro neutral, sin embargo ambos sabían muy bien lo que el otro estaba
pensando, aun así, Sheizo no se detuvo en ningún momento. Luego de unos minutos
en los que el espadachín se fue acercando a las puertas del reino, Lucas
entendió que no había marcha atrás y tensó su arco.
-
No
me hagas disparar…- dijo el arquero- sabes que puedo matarte desde aquí…
-
Te
conozco demasiado Lucas…- dijo Sheizo sin titubear- por eso y por muchas cosas
más… sé… que no vas a matarme…
-
Si
te acercas demasiado… lo haré…
Ignorando la advertencia de Lucas, Sheizo
sujetó su espada con mucha fuerza y deteniéndose por medio segundo, se echó a
correr a una velocidad impresionante para alguien como él.
Lucas comenzó a disparar sus flechas una tras
otra, mientras Sheizo se acercaba cada vez más, los arqueros en ambas torres no
hicieron nada pues Lucas era el mejor arquero del reino y sus disparos eran
legendarios en aquellas tierras.
Finalmente Sheizo se detuvo a unos pasos tras
el arquero, cada una de las flechas habían sido bloqueadas por la espada del
primero y luego un sonido parecido a un pequeño estallido reveló que la cuerda
del arco de Lucas había sido cortada.
-
Primero
atacas a la cabeza para una muerte rápida- dijo Sheizo con una voz susurrante- seguidamente
a las extremidades, hombro derecho, brazo izquierdo, hombro izquierdo, brazo
derecho, pierna izquierda y luego la derecha… finalmente atacas al corazón…
-
¿tan
predecible soy?- se rió el arquero.
-
Te
lo dije…- rió Sheizo- te conozco demasiado y por eso sé…que no ibas a matarme…
-
Eso
está por verse…
Las puertas se abrieron y un total de diez
hombres armados con espadas, hachas y lanzas aparecieron desde el interior
rodeando por completo al espadachín, Lucas se dio vuelta para mirar a su
antiguo compañero sin embargo no ordenó el ataque.
-
¿Por
qué insistes tanto?- dijo Lucas- sabemos que estabas loco por esa chica pero ya
no importa…
-
Lo
siento Lucas- dijo Sheizo levantando nuevamente su espada- pero no puedo
dejarla ir sin luchar por ella como se debe…
Sheizo se dispuso a pelear contra cada uno de
los soldados, sin embargo como si fuese un relámpago, alguien estaba noqueando
a los soldados uno por uno sorpresivamente y para cuando todos se dieron cuenta
de quién era el responsable, solamente quedaron Sheizo y Lucas.
-
Roge…-
dijo Sheizo al ver al joven girar rápidamente unas dagas en sus manos.
-
Enfrentarse
a la guardia real es una gran locura…- dijo el chico- debe ser muy importante
para ti… o estás muy trastornado…
-
Aun
así dijiste…
-
Nunca
pensé que fueras a ser capaz de salir bien parado de un ataque del legendario
Lucas…- admitió el joven y luego miró al arquero- es interesante lo que un
hombre decidido puede llegar a lograr…
-
Gracias…
Sin perder más tiempo Sheizo entró por las
puertas del reino en dirección al castillo, dejando a Roge como escudo frente a
Lucas, quien de igual forma ya no pensaba seguir combatiendo.
Sheizo avanzó por entre las calles, en su
mayoría desiertas pues todos estaban presenciando la boda de Kaito y Yune, de
nuevo esa sensación de un puñal en el pecho del espadachín se hizo presente,
sin poder perder más tiempo Sheizo comenzó a correr.
*****************
Era tan Hermosa como podía ser una doncella,
a la luz del día en la enorme plaza frente al castillo, casi todos en el reino
vinieron a presenciar la boda de la joven Yune con el Líder de la Guardia Real,
Kaito.
-
Me
alegra de que estén todos presentes…- comenzó a decir Daniel quien era el que
presidía la ceremonia- el día en que uniremos los lazos de esta pareja… De un
lado Kaito el Líder de la Guardia Real y del otro a Yune la doncella del
palacio… me veo obligado a advertir… que si alguien desea llegar oportunamente
y declarar su oposición a esta ceremonia para reclamar a alguno de estos dos
jóvenes… pues este es el mejor momento para decirlo… así que…
-
¡Deja
el chiste Daniel!- gritó Sheizo desde la distancia- ¡Ya sabías que iba a
llegar!
Todos se dieron vuelta y observaron al
espadachín avanzar con una mirada de ira en sus ojos, los cuales estaban
clavados en Kaito.
-
De
hecho…- admitió Daniel sin darle importancia- esperaba que no llegaras… pero es
obvio que nada puede detenerte…
-
Kaito…-
exclamó Sheizo apretando los dientes- tú…
-
¿Qué
pasa Kaito?- dijo Yune que no paraba de ver a ambos caballeros.
-
Tranquila
Yun- dijo Kaito con su tono suave y calmado- todo se resolverá pronto…
-
Kaito…-
repitió Sheizo, al ver como hablaba tan tranquilo con Yune, sintió como le
hervía la sangre.
-
¿vienes
a la boda?- dijo el novio abandonando el altar y caminando en dirección a Sheizo.
Sin embargo alguien más saltó desde el
publico entre Kaito y Sheizo, un hombre algo grande, con una enorme hacha se
abalanzó sobre él espadachín, quien en un movimiento rápido logró esquivar el
golpe y cortar el mango del arma, lo cual hizo que la hoja del hacha cayera con
un ruido seco en la tierra detrás del atacante.
-
Hola
Hermes- dijo Sheizo sin detenerse.
El guerrero se dio la vuelta y observó
atónito a su antiguo compañero, como si no lo reconociera. Sheizo siguió
caminando al encuentro con Kaito quien tomó su lanza que estaba reposada cerca
del Altar preparándose para la pelea, todos a su alrededor comenzaron a
apartarse y a alejarse.
-
¿Qué
significa todo esto?- se oyó decir al Rey.
-
Descuide…-
lo calmó Daniel- el Capitán Kaito se encargará de todo.
-
¿Kaito?-
susurró Yune.
Ambos peleadores se detuvieron a pocos metros
uno del otro, Sheizo miraba directamente a los ojos tranquilos del Capitán
quien tampoco hacía movimiento alguno que demostrara querer pelear contra él.
-
¿piensas
que puedes derrotarme ahora?- dijo finalmente Kaito luego de unos minutos.
-
Quiero
que confieses la razón por la cual estoy aquí…- dijo Sheizo sin parar en el
volumen de su voz.
-
¿Por
qué estás aquí?
-
No
trates de jugar conmigo… sabes bien la razón…
-
Veamos…
me atacas a media noche… interrumpes mi boda… todo para que confiese algo
cuando tú mismo no confiesas tus propios sentimientos…
-
Esto
no tiene nada que ver conmigo…
-
¿a
no? Porque para mí… esto tiene tu nombre escrito en todas partes…
-
No
evadas el tema… confiesa lo que tramas con Yune y con Abdalla…
-
Veo
que sabes los nombres… pero sigo insistiendo… ¿Por qué te importa tanto eso?
-
Sabes
porque…
-
¿acaso
no puedes decirlo?
-
Yo…
-
Si
no puedes dar un motivo válido por el que decidas declararle la guerra a toda
la guardia real…
-
¡BASTA!
Sheizo atacó con furia a Kaito, era obvio que
el capitán estaba provocándole pero el espadachín ya había aguantado lo
suficiente, usando todas sus fuerzas y su velocidad, Sheizo arremetía con mucha
más habilidad que aquella noche, sin embargo todavía no era rival para Kaito
quien con destreza podía esquivar cada ataque de su contrincante.
-
¿acaso
no te das cuenta?- dijo Kaito retrocediendo un poco.
-
¿a
qué te refieres?- saltó Sheizo deteniéndose.
-
Piensa
un poco y mira a tu alrededor…- lo tranquilizó Kaito.
Sheizo le dio una mirada a toda la plaza y se
dio cuenta que eran el centro de atención, sin embargo no había nada inusual a
simple vista, pero al prestar atención a cada una de las personas Sheizo notó a
que se refería Kaito.
-
No
hay guardias…- dijo Sheizo despacio- ¿Dónde están?
-
No
están aquí- explicó Kaito- les ordené que si te ven llegar a la plaza debían
retirarse.
-
¿enserio?
-
Solo
los guardias de la puerta principal y los miembros de la guardia real pueden
tratar de detenerte… pero veo que fallaron…
-
¿Por
qué haces esto?
-
Para
que entiendas mi punto… ¿Cómo lograste vencer a Lucas?
-
Pues…
solamente tuve que bloquear sus flechas… y cortar su arco…
-
¿significa
que sabías bloquear las flechas del mejor arquero del reino?
-
Pues…
es que lo conozco demasiado bien…
-
¿y
qué me dices de Hermes?
-
Pues…
siempre ataca desde arriba en sentido diagonal… buscando cortarme el cuello o
incapacitarme los hombros…
-
¿Por
qué sabes esto?
-
Porque
los conozco a todos… éramos compañeros… nos ayudábamos entre sí… entrenando
cada día hombro con hombro.
-
Exacto…
la capacidad de conocer a una persona… te da ventaja en momentos cruciales…
ahora… ¿Qué sabes de mí?
-
Que
eres un traidor… sabías lo que sentía y aun así decidiste…
-
¿solamente
eso?
-
¿Qué
quieres decir?
-
¿solamente
me conoces como un “traidor”?- Kaito dejó su lanza en el suelo y caminó hasta el altar- ¿no sabes mas nada sobre
mi?
-
Pues…
yo
Fue entonces que la verdad apareció frente a
Sheizo como un balde de agua fría, era cierto que el espadachín nunca había
entrenando junto al capitán y que solo conocía los aspectos de su cargo mas no
de su vida. Sheizo entendió entonces que nunca podría vencer a Kaito por más
que lo intentara, al menos no en ese momento.
-
¿Kaito?-
dijo Yune sin entender nada, Sheizo la miró fijamente y supo que debía hacer.
-
Lady
Yune…- dijo el espadachín arrodillándose- disculpe mi interrupción tan salvaje…
pero no podía permitir que se casara con este hombre… no solo no la ama… sino
que planea engañarla con otra mujer… además de eso… le confieso que desde hace
mucho que me gusta…
Hubo un instante de silencio, Sheizo estaba esperando
que Yune dijera algo, pero al ver que la chica simplemente lo miraba
sorprendida decidió continuar con su declaración.
-
…no
sabría decirle con franqueza… debe ser algo en su forma de ser lo que me tiene
fascinado… sin embargo soy muy tímido y estúpido para declararle mis
sentimientos… y verla comprometida simplemente me partió el corazón… quiero que
sea feliz… y no me importa luchar contra el mundo entero por ello… aun si muero
en el intento… valdrá la pena.
Sheizo bajó la mirada, hubo varios murmullos
entre el público pero nadie dijo nada hasta que finalmente Kaito comenzó a
aplaudir y todos lo vieron sorprendidos.
-
¡finalmente!-
exclamó el capitán- ¿acaso era tan difícil decirlo?
-
Kaito…-
dijo Daniel empezando a comprender- ¿acaso ese era tu plan?
-
Pero
por supuesto…- dijo Kaito dejando de aplaudir y acercándose a Sheizo- esto era
lo que quería desde un principio… siempre te lo dije…
-
¿para
esto decidiste comprometerte con Yune?- exclamó Sheizo sin entender.
-
Si
leíste la carta…- explicó Kaito como si nada- te darás cuenta que la idea no la
tuve yo.
-
Aun
así…
-
Sir
Sheizo…
Ambos caballeros voltearon para ver como la
doncella Yune se acercaba un tanto acelerada, se puso en medio de ambos y al
hablar lo hizo con un tono de nerviosismo evidente.
-
Sir
Sheizo…- dijo la doncella- todo esto de la boda fue mi idea… pero yo se que Sir
Kaito está enamorado de Abdalla…
-
¿lo
sabes?
-
Es
su mejor amiga…- dijo Kaito como si fuese obvio- yo llevo saliendo con Abdalla
desde hace ya varios años…
-
¿entonces
la boda?
-
Sir
Kaito solamente me está ayudando…- dijo la doncella con un poco de vergüenza-
mi sueño siempre ha sido viajar por el mundo y tener muchas aventuras y
descubrir, experimentar… ver muchas de las maravillas del mundo… pero
desafortunadamente mis padres… ellos no me dejarán salir del reino si no me
caso con un miembro de la guardia Real.
-
¿entonces
Kaito?
-
Yo
la conozco desde que comencé a salir con Abdalla- explicó el capitán- ella me
tiene mucha confianza y desde hace mucho ella había pensado en montar este “teatro”
para que sus padres la dejarán salir del reino…
-
Por
eso planeaste dejarla luego de un año…
-
Exactamente…
Abdalla está de acuerdo con el plan… aunque también le duele un poco… sabe que
yo la quiero a ella.
-
Yo
nunca me interpondría entre Sir Kaito y Dalla...- agregó Yune.
Ahora todo tenía sentido, Sheizo se sintió
como un tonto por montar tal espectáculo, sin embargo recordó las palabras que
Kaito siempre le estaba diciendo, eran las señales que debió haber visto desde
hace tiempo y por su terquedad había ignorado.
-
Lo
siento mucho…- dijo finalmente el espadachín- yo… debí prestar más atención a
lo que querías decirme…
-
Mi
objetivo era fortalecer ese lado de ti- dijo el capitán- para que pudieras
declararte ante Yune por tu cuenta, aunque me tomó mucho más de lo que quería…
-
Por
eso Daniel me curó de las heridas…- dio Sheizo mirando al hechicero.
-
Daniel
no sabía de mi plan hasta que llegue con tu cuerpo lastimado a su casa…- reveló
Kaito- le expliqué todo esa noche mientras te sanaba… nunca ataqué tus puntos
vitales… de la misma forma que te diste cuenta… conozco tus movimientos y sé
como bloquearlos todos…
-
Yo…
-
Pero
ya eso no importa…- lo calmó el capitán dándose vuelta y regresando al altar- me
parece que ya es hora de terminar con esto…
-
¿vas
a casarte con Yune?- dijo Daniel mirando de reojo a la doncella.
-
Es
obvio que no…- dijo Kaito con una risa- ya no necesito casarme para que sus
padres la dejen marcharse… después de todo el trato era casarse con un miembro
de la guardia real…
-
Entonces
es una fortuna que nunca formalizaste la expulsión de Sheizo… ¿no?
Tanto Yune como Sheizo miraron al capitán,
quien les devolvió una sonrisa.
-
Exactamente…-
dijo Kaito- si Yune acepta la ayuda de Sheizo, podrán casarse ahora mismo…
-
¿Qué?-
Sheizo enrojeció completamente.
-
Bueno…-
dijo Yune mirando al espadachín de arriba abajo- yo… no sé…
-
Entiendo
que no lo conozcas lo suficiente- dijo Kaito con calma- pero pienso que habrá más
tiempo para eso cuando ambos viajen juntos… después de todo… ¿Quién mejor para acompañarte que la única persona
capaz de enfrentarse al mundo por ti?
-
Yo…-
Sheizo moría de vergüenza, sin embargo no se arrepentía de sus palabras.
-
Tienes
razón…- dijo Yune tomando a Sheizo de la mano- ya habrá tiempo para una boda de
verdad…
-
Perfecto…-
dijo Daniel levantando las manos y gritando al público- ¡Estamos Listos para la
nueva ceremonia!
*****************
Era casi medio día y a Roge se le hacía tarde, corría entre los pasillos
del castillo los cuales eran enormes, para cuando llegó al campo de
entrenamiento ya todos estaban allí.
- Llegas tarde- exclamó Kaito al verlo entrar- como
miembro de la guardia real, la puntualidad siempre es de mantenerse...
- Lo siento capitán- exclamó el joven- pero tuve que
ir por la carta de Sheizo y Yune.
- ¿ya enviaron otra?- exclamó Hermes desde su puesto-
¿no enviaron la anterior hace ya una semana?
- Has estado mucho tiempo en las tabernas- exclamó
Lucas mientras bajaba su arco- ya pasó un mes…
- Parece que todo hubiera sucedido hace un par de
minutos…- dijo Daniel acercándose a Kaito que comenzaba a desenvolver la carta.
- Ya mañana se cumplirá un año- dijo Kaito con
nostalgia- es bueno saber que la están pasando bien.
- ¿podrías leer la carta?- exclamó Hermes con
impaciencia.
Kaito puso la Carta en una mesa y todos pudieron leerla, Sheizo y Yune
se casaron ese día y al siguiente ambos dejaron el reino para recorrer el
mundo, desde entonces, cada mes la guardia real recibía una carta de parte de
alguno de los dos relatándoles cada aventura que tenían.
“Queridos Amigos:
Ya ha pasado un año desde la boda, de verdad no
puedo creer cómo pasa el tiempo, hemos estado viviendo tantas cosas y
descubierto tantos lugares sorprendentes que de verdad siento que aquel
incidente nunca hubiese pasado, Capitán Kaito debo agradecerle por todo,
tomarse tantas molestias para ayudarnos.
De verdad que siempre recordaré sus acciones y se
las relataré a mis hijos cuando tenga, ya lo verá, las leyendas de Sir Kaito,
un caballero dispuesto a hacer todo para enseñarle a sus amigos las lecciones más
importantes de la vida, me siento culpable de haber querido atacarlo.
En fin, este mes hemos descubierto tierras increíbles,
Yune está maravillada con la comida de este reino, debo vigilarla para que no
aumente demasiados kilos, es increíble cómo puede comer tanto, yo por otro lado
he forjado una espada de un material extraño autóctono de este continente, de
verdad es increíble, brilla a la oscuridad y a pesar de que es grande, es muy
ligera.
Si algún día salen de aventuras, les recomiendo que
viajen al sur-este y visiten este reino tan extraño, Yune parece no querer irse
de aquí así que quizás nos quedemos todo el mes. Ella me dice que hay algo que
debe decirme pero tendré que esperar a que ustedes respondan esta carta, así
que háganlo rápido porque me muero de curiosidad por saber que es.
Un Saludo
Atte: Sheizo y
Yune.”
Al reverso de la nota había otra escritura muy diferente, al parecer
Yune había escrito algo a escondidas de Sheizo antes de enviarlo.
“PD: Hola amigos, les mando saludos y quería
decirles que en unos meses iremos de regreso, Sheizo va a ser padre y quiero
que todos estén presentes para decirles la noticia, me gustaría que vieran la
cara que pondrá cuando se entere, nos veremos pronto.
Atte: Yune y el
pequeño heredero”
La sonrisa de cada uno de los miembros de la guardia real reflejaba
los deseos de que el regreso de Sheizo fuese pronto.
- Apuesto diez tragos a que se desmaya- empezó Hermes.
- Yo apuesto veinte a que quedará congelado sin saber
que decir…- agregó Daniel.
Yo le sumo
cincuenta tragos a lo que dijo Daniel- sentenció Kaito enrollando la carta con
tranquilidad.