sábado, 7 de diciembre de 2013

Entre La Espada y La Pared.



Ryukiba:





3era Parte

La lanza de la Verdad



Para cuando Sheizo volvió a abrir los ojos, estaba muy lejos de las murallas del reino, acostado en el pasto junto a un riachuelo. Le habían quitado la armadura y solamente tenía su ropa de civil, su torso había sido completamente vendado.

Sheizo se levantó y vio que también tenía un vendaje en su cabeza, su espada estaba clavada en la tierra junto a él,  mas lejos había un chico desconocido, tenía una chaqueta y una bufanda negra, pantalones cortos y rasgados color verde oscuro y unos guantes rojos en sus manos.

El joven estaba afilando una gran navaja contra las rocas del riachuelo, Sheizo tomó su espada y sin importarle saber quién era o qué hacía allí, se encaminó en dirección al reino.

-       Yo que tu… no me atrevería a ir…- dijo el joven- después de todo hoy es la boda.
-       No me importa…- dijo Sheizo sin detenerse- debo ir…
-       La puerta principal está cerrada y vigilada…- insistió el joven poniéndose de pie y siguiéndolo.
-       Lo imagino…- admitió Sheizo.
-       Ese Daniel estaba en lo cierto- dijo el joven, Sheizo se detuvo- …después de sanar tus heridas y traerte hasta aquí, dijo que cuando despertaras no escucharías razones o explicaciones y volverías.
-       ¿lo conoces?- dijo Sheizo por primera vez viendo al joven, notó que era algo alto y delgado- te ves como un Bandido.
-       Me llamo Roge- dijo el chico- y si… soy conocido como un bandido.
-       Imagino que Daniel te ordenó detenerme- dijo Sheizo dándose la vuelta y continuando su camino.
-       De hecho… no lo hizo…- admitió Roge- dijo que sería inútil tratar de detenerte… él quería que te diera esto…

Roge sacó de su chaqueta un trozo de papel doblado y arrugado, Sheizo reconoció la caligrafía y rápidamente se lo arrebató de las manos.

“Querido Kaito:

Eres el único en quien confío y sobre lo que te he estado contando, al parecer no hay más salida, me gustaría que habláramos esta noche en el baile real. Sé que estarás ocupado con todos los preparativos y vigilancia, pero si logras hacer un tiempo quiero que vayamos a un lugar apartado para discutir sobre esa propuesta.

Atte:Yune”

Era la misma carta que la doncella había entregado aquella mañana en el campo de entrenamiento. Era como enterrarle una daga en el corazón, Sheizo sintió como si algo en su interior reventara contra su pecho, sin embargo por otro lado era totalmente diferente.

-       Daniel dijo que si eso no te detenía…- agregó Roge- entonces nada lo hará…
-       Tiene razón…- dijo Sheizo y luego de unos segundos, guardó la carta y siguió caminando- nada puede detenerme ahora…
-       ¿de verdad?
-       Entiendo que para ti sea algo tonto ir tras una chica que ya decidió casarse con alguien más…
-       La verdad yo no sé nada… Daniel prometió no encerrarme si no te daba esa carta…
-       Entonces ya no tienes obligación de seguirme… ¿cierto?
-       Eso es muy cierto… sobre todo cuando vas a tu propia muerte… te digo que pelear contra la guardia real…
-       Cuando quieres a alguien de verdad… y cuando sabes lo que yo sé… estarías dispuesto a pelear contra el cielo y la tierra…
-       Ya veo… en ese caso te deseo suerte…

Sin decir otra palabra, Sheizo se encaminó completamente solo hasta el castillo, dispuesto a pelear contra quien se interpusiera en su camino hasta Yune, aunque sabía que eso sería duro, ya que tendría que enfrentarse a quienes veía como amigos.

Las imponentes murallas del reino, una edificación de tres pisos de altura están construidas con los ladrillos más sólidos del reino y rodean todo el perímetro proporcionando una excelente defensa contra los ataques invasores.

Para que un solo soldado se atreviera a intentar atravesar las puertas principales, tendría que estar tan loco como un hongo, o simplemente en busca de un suicidio, Lucas estaba de pie frente a las puertas cerradas y en ambas torres de vigilancia se encontraban arqueros que a pesar de sus ordenes de ataque, también sentían dudas al dispararle a uno de los guardias reales.

Sheizo observó a Lucas quien lo miraba con un rostro neutral, sin embargo ambos sabían muy bien lo que el otro estaba pensando, aun así, Sheizo no se detuvo en ningún momento. Luego de unos minutos en los que el espadachín se fue acercando a las puertas del reino, Lucas entendió que no había marcha atrás y tensó su arco.

-       No me hagas disparar…- dijo el arquero- sabes que puedo matarte desde aquí…
-       Te conozco demasiado Lucas…- dijo Sheizo sin titubear- por eso y por muchas cosas más… sé… que no vas a matarme…
-       Si te acercas demasiado… lo haré…

Ignorando la advertencia de Lucas, Sheizo sujetó su espada con mucha fuerza y deteniéndose por medio segundo, se echó a correr a una velocidad impresionante para alguien como él.

Lucas comenzó a disparar sus flechas una tras otra, mientras Sheizo se acercaba cada vez más, los arqueros en ambas torres no hicieron nada pues Lucas era el mejor arquero del reino y sus disparos eran legendarios en aquellas tierras.

Finalmente Sheizo se detuvo a unos pasos tras el arquero, cada una de las flechas habían sido bloqueadas por la espada del primero y luego un sonido parecido a un pequeño estallido reveló que la cuerda del arco de Lucas había sido cortada.

-       Primero atacas a la cabeza para una muerte rápida- dijo Sheizo con una voz susurrante- seguidamente a las extremidades, hombro derecho, brazo izquierdo, hombro izquierdo, brazo derecho, pierna izquierda y luego la derecha… finalmente atacas al corazón…
-       ¿tan predecible soy?- se rió el arquero.
-       Te lo dije…- rió Sheizo- te conozco demasiado y por eso sé…que no ibas a matarme…
-       Eso está por verse…

Las puertas se abrieron y un total de diez hombres armados con espadas, hachas y lanzas aparecieron desde el interior rodeando por completo al espadachín, Lucas se dio vuelta para mirar a su antiguo compañero sin embargo no ordenó el ataque.

-       ¿Por qué insistes tanto?- dijo Lucas- sabemos que estabas loco por esa chica pero ya no importa…
-       Lo siento Lucas- dijo Sheizo levantando nuevamente su espada- pero no puedo dejarla ir sin luchar por ella como se debe…

Sheizo se dispuso a pelear contra cada uno de los soldados, sin embargo como si fuese un relámpago, alguien estaba noqueando a los soldados uno por uno sorpresivamente y para cuando todos se dieron cuenta de quién era el responsable, solamente quedaron Sheizo y Lucas.

-       Roge…- dijo Sheizo al ver al joven girar rápidamente unas dagas en sus manos.
-       Enfrentarse a la guardia real es una gran locura…- dijo el chico- debe ser muy importante para ti… o estás muy trastornado…
-       Aun así dijiste…
-       Nunca pensé que fueras a ser capaz de salir bien parado de un ataque del legendario Lucas…- admitió el joven y luego miró al arquero- es interesante lo que un hombre decidido puede llegar a lograr…
-       Gracias…

Sin perder más tiempo Sheizo entró por las puertas del reino en dirección al castillo, dejando a Roge como escudo frente a Lucas, quien de igual forma ya no pensaba seguir combatiendo.

Sheizo avanzó por entre las calles, en su mayoría desiertas pues todos estaban presenciando la boda de Kaito y Yune, de nuevo esa sensación de un puñal en el pecho del espadachín se hizo presente, sin poder perder más tiempo Sheizo comenzó a correr.

*****************

Era tan Hermosa como podía ser una doncella, a la luz del día en la enorme plaza frente al castillo, casi todos en el reino vinieron a presenciar la boda de la joven Yune con el Líder de la Guardia Real, Kaito.

-       Me alegra de que estén todos presentes…- comenzó a decir Daniel quien era el que presidía la ceremonia- el día en que uniremos los lazos de esta pareja… De un lado Kaito el Líder de la Guardia Real y del otro a Yune la doncella del palacio… me veo obligado a advertir… que si alguien desea llegar oportunamente y declarar su oposición a esta ceremonia para reclamar a alguno de estos dos jóvenes… pues este es el mejor momento para decirlo… así que…
-       ¡Deja el chiste Daniel!- gritó Sheizo desde la distancia- ¡Ya sabías que iba a llegar!

Todos se dieron vuelta y observaron al espadachín avanzar con una mirada de ira en sus ojos, los cuales estaban clavados en Kaito.

-       De hecho…- admitió Daniel sin darle importancia- esperaba que no llegaras… pero es obvio que nada puede detenerte…
-       Kaito…- exclamó Sheizo apretando los dientes- tú…
-       ¿Qué pasa Kaito?- dijo Yune que no paraba de ver a ambos caballeros.
-       Tranquila Yun- dijo Kaito con su tono suave y calmado- todo se resolverá pronto…
-       Kaito…- repitió Sheizo, al ver como hablaba tan tranquilo con Yune, sintió como le hervía la sangre.
-       ¿vienes a la boda?- dijo el novio abandonando el altar y caminando en dirección a Sheizo.

Sin embargo alguien más saltó desde el publico entre Kaito y Sheizo, un hombre algo grande, con una enorme hacha se abalanzó sobre él espadachín, quien en un movimiento rápido logró esquivar el golpe y cortar el mango del arma, lo cual hizo que la hoja del hacha cayera con un ruido seco en la tierra detrás del atacante.

-       Hola Hermes- dijo Sheizo sin detenerse.
El guerrero se dio la vuelta y observó atónito a su antiguo compañero, como si no lo reconociera. Sheizo siguió caminando al encuentro con Kaito quien tomó su lanza que estaba reposada cerca del Altar preparándose para la pelea, todos a su alrededor comenzaron a apartarse y a alejarse.

-       ¿Qué significa todo esto?- se oyó decir al Rey.
-       Descuide…- lo calmó Daniel- el Capitán Kaito se encargará de todo.
-       ¿Kaito?- susurró Yune.

Ambos peleadores se detuvieron a pocos metros uno del otro, Sheizo miraba directamente a los ojos tranquilos del Capitán quien tampoco hacía movimiento alguno que demostrara querer pelear contra él.

-       ¿piensas que puedes derrotarme ahora?- dijo finalmente Kaito luego de unos minutos.
-       Quiero que confieses la razón por la cual estoy aquí…- dijo Sheizo sin parar en el volumen de su voz.
-       ¿Por qué estás aquí?
-       No trates de jugar conmigo… sabes bien la razón…
-       Veamos… me atacas a media noche… interrumpes mi boda… todo para que confiese algo cuando tú mismo no confiesas tus propios sentimientos…
-       Esto no tiene nada que ver conmigo…
-       ¿a no? Porque para mí… esto tiene tu nombre escrito en todas partes…
-       No evadas el tema… confiesa lo que tramas con Yune y con Abdalla…
-       Veo que sabes los nombres… pero sigo insistiendo… ¿Por qué te importa tanto eso?
-       Sabes porque…
-       ¿acaso no puedes decirlo?
-       Yo…
-       Si no puedes dar un motivo válido por el que decidas declararle la guerra a toda la guardia real…
-       ¡BASTA!

Sheizo atacó con furia a Kaito, era obvio que el capitán estaba provocándole pero el espadachín ya había aguantado lo suficiente, usando todas sus fuerzas y su velocidad, Sheizo arremetía con mucha más habilidad que aquella noche, sin embargo todavía no era rival para Kaito quien con destreza podía esquivar cada ataque de su contrincante.

-       ¿acaso no te das cuenta?- dijo Kaito retrocediendo un poco.
-       ¿a qué te refieres?- saltó Sheizo deteniéndose.
-       Piensa un poco y mira a tu alrededor…- lo tranquilizó Kaito.

Sheizo le dio una mirada a toda la plaza y se dio cuenta que eran el centro de atención, sin embargo no había nada inusual a simple vista, pero al prestar atención a cada una de las personas Sheizo notó a que se refería Kaito.

-       No hay guardias…- dijo Sheizo despacio- ¿Dónde están?
-       No están aquí- explicó Kaito- les ordené que si te ven llegar a la plaza debían retirarse.
-       ¿enserio?
-       Solo los guardias de la puerta principal y los miembros de la guardia real pueden tratar de detenerte… pero veo que fallaron…
-       ¿Por qué haces esto?
-       Para que entiendas mi punto… ¿Cómo lograste vencer a Lucas?
-       Pues… solamente tuve que bloquear sus flechas… y cortar su arco…
-       ¿significa que sabías bloquear las flechas del mejor arquero del reino?
-       Pues… es que lo conozco demasiado bien…
-       ¿y qué me dices de Hermes?
-       Pues… siempre ataca desde arriba en sentido diagonal… buscando cortarme el cuello o incapacitarme los hombros…
-       ¿Por qué sabes esto?
-       Porque los conozco a todos… éramos compañeros… nos ayudábamos entre sí… entrenando cada día hombro con hombro.
-       Exacto… la capacidad de conocer a una persona… te da ventaja en momentos cruciales… ahora… ¿Qué sabes de mí?
-       Que eres un traidor… sabías lo que sentía y aun así decidiste…
-       ¿solamente eso?
-       ¿Qué quieres decir?
-       ¿solamente me conoces como un “traidor”?- Kaito dejó su lanza en el suelo y caminó hasta el altar- ¿no sabes mas nada sobre mi?
-       Pues… yo

Fue entonces que la verdad apareció frente a Sheizo como un balde de agua fría, era cierto que el espadachín nunca había entrenando junto al capitán y que solo conocía los aspectos de su cargo mas no de su vida. Sheizo entendió entonces que nunca podría vencer a Kaito por más que lo intentara, al menos no en ese momento.

-       ¿Kaito?- dijo Yune sin entender nada, Sheizo la miró fijamente y supo que debía hacer.
-       Lady Yune…- dijo el espadachín arrodillándose- disculpe mi interrupción tan salvaje… pero no podía permitir que se casara con este hombre… no solo no la ama… sino que planea engañarla con otra mujer… además de eso… le confieso que desde hace mucho que me gusta…

Hubo un instante de silencio, Sheizo estaba esperando que Yune dijera algo, pero al ver que la chica simplemente lo miraba sorprendida decidió continuar con su declaración.

-       …no sabría decirle con franqueza… debe ser algo en su forma de ser lo que me tiene fascinado… sin embargo soy muy tímido y estúpido para declararle mis sentimientos… y verla comprometida simplemente me partió el corazón… quiero que sea feliz… y no me importa luchar contra el mundo entero por ello… aun si muero en el intento… valdrá la pena.

Sheizo bajó la mirada, hubo varios murmullos entre el público pero nadie dijo nada hasta que finalmente Kaito comenzó a aplaudir y todos lo vieron sorprendidos.

-       ¡finalmente!- exclamó el capitán- ¿acaso era tan difícil decirlo?
-       Kaito…- dijo Daniel empezando a comprender- ¿acaso ese era tu plan?
-       Pero por supuesto…- dijo Kaito dejando de aplaudir y acercándose a Sheizo- esto era lo que quería desde un principio… siempre te lo dije…
-       ¿para esto decidiste comprometerte con Yune?- exclamó Sheizo sin entender.
-       Si leíste la carta…- explicó Kaito como si nada- te darás cuenta que la idea no la tuve yo.
-       Aun así…
-       Sir Sheizo…

Ambos caballeros voltearon para ver como la doncella Yune se acercaba un tanto acelerada, se puso en medio de ambos y al hablar lo hizo con un tono de nerviosismo evidente.

-       Sir Sheizo…- dijo la doncella- todo esto de la boda fue mi idea… pero yo se que Sir Kaito está enamorado de Abdalla…
-       ¿lo sabes?
-       Es su mejor amiga…- dijo Kaito como si fuese obvio- yo llevo saliendo con Abdalla desde hace ya varios años…
-       ¿entonces la boda?
-       Sir Kaito solamente me está ayudando…- dijo la doncella con un poco de vergüenza- mi sueño siempre ha sido viajar por el mundo y tener muchas aventuras y descubrir, experimentar… ver muchas de las maravillas del mundo… pero desafortunadamente mis padres… ellos no me dejarán salir del reino si no me caso con un miembro de la guardia Real.
-       ¿entonces Kaito?
-       Yo la conozco desde que comencé a salir con Abdalla- explicó el capitán- ella me tiene mucha confianza y desde hace mucho ella había pensado en montar este “teatro” para que sus padres la dejarán salir del reino…
-       Por eso planeaste dejarla luego de un año…
-       Exactamente… Abdalla está de acuerdo con el plan… aunque también le duele un poco… sabe que yo la quiero a ella.
-       Yo nunca me interpondría entre Sir Kaito y Dalla...- agregó Yune.

Ahora todo tenía sentido, Sheizo se sintió como un tonto por montar tal espectáculo, sin embargo recordó las palabras que Kaito siempre le estaba diciendo, eran las señales que debió haber visto desde hace tiempo y por su terquedad había ignorado.

-       Lo siento mucho…- dijo finalmente el espadachín- yo… debí prestar más atención a lo que querías decirme…
-       Mi objetivo era fortalecer ese lado de ti- dijo el capitán- para que pudieras declararte ante Yune por tu cuenta, aunque me tomó mucho más de lo que quería…
-       Por eso Daniel me curó de las heridas…- dio Sheizo mirando al hechicero.
-       Daniel no sabía de mi plan hasta que llegue con tu cuerpo lastimado a su casa…- reveló Kaito- le expliqué todo esa noche mientras te sanaba… nunca ataqué tus puntos vitales… de la misma forma que te diste cuenta… conozco tus movimientos y sé como bloquearlos todos…
-       Yo…
-       Pero ya eso no importa…- lo calmó el capitán dándose vuelta y regresando al altar- me parece que ya es hora de terminar con esto…
-       ¿vas a casarte con Yune?- dijo Daniel mirando de reojo a la doncella.
-       Es obvio que no…- dijo Kaito con una risa- ya no necesito casarme para que sus padres la dejen marcharse… después de todo el trato era casarse con un miembro de la guardia real…
-       Entonces es una fortuna que nunca formalizaste la expulsión de Sheizo… ¿no?

Tanto Yune como Sheizo miraron al capitán, quien les devolvió una sonrisa.

-       Exactamente…- dijo Kaito- si Yune acepta la ayuda de Sheizo, podrán casarse ahora mismo…
-       ¿Qué?- Sheizo enrojeció completamente.
-       Bueno…- dijo Yune mirando al espadachín de arriba abajo- yo… no sé…
-       Entiendo que no lo conozcas lo suficiente- dijo Kaito con calma- pero pienso que habrá más tiempo para eso cuando ambos viajen juntos… después de todo…  ¿Quién mejor para acompañarte que la única persona capaz de enfrentarse al mundo por ti?
-       Yo…- Sheizo moría de vergüenza, sin embargo no se arrepentía de sus palabras.
-       Tienes razón…- dijo Yune tomando a Sheizo de la mano- ya habrá tiempo para una boda de verdad…
-       Perfecto…- dijo Daniel levantando las manos y gritando al público- ¡Estamos Listos para la nueva ceremonia!


*****************

Era casi medio día y a Roge se le hacía tarde, corría entre los pasillos del castillo los cuales eran enormes, para cuando llegó al campo de entrenamiento ya todos estaban allí.

-       Llegas tarde- exclamó Kaito al verlo entrar- como miembro de la guardia real, la puntualidad siempre es de mantenerse...
-       Lo siento capitán- exclamó el joven- pero tuve que ir por la carta de Sheizo y Yune.
-       ¿ya enviaron otra?- exclamó Hermes desde su puesto- ¿no enviaron la anterior hace ya una semana?
-       Has estado mucho tiempo en las tabernas- exclamó Lucas mientras bajaba su arco- ya pasó un mes…
-       Parece que todo hubiera sucedido hace un par de minutos…- dijo Daniel acercándose a Kaito que comenzaba a desenvolver la carta.
-       Ya mañana se cumplirá un año- dijo Kaito con nostalgia- es bueno saber que la están pasando bien.
-       ¿podrías leer la carta?- exclamó Hermes con impaciencia.

Kaito puso la Carta en una mesa y todos pudieron leerla, Sheizo y Yune se casaron ese día y al siguiente ambos dejaron el reino para recorrer el mundo, desde entonces, cada mes la guardia real recibía una carta de parte de alguno de los dos relatándoles cada aventura que tenían.

“Queridos Amigos:

Ya ha pasado un año desde la boda, de verdad no puedo creer cómo pasa el tiempo, hemos estado viviendo tantas cosas y descubierto tantos lugares sorprendentes que de verdad siento que aquel incidente nunca hubiese pasado, Capitán Kaito debo agradecerle por todo, tomarse tantas molestias para ayudarnos.

De verdad que siempre recordaré sus acciones y se las relataré a mis hijos cuando tenga, ya lo verá, las leyendas de Sir Kaito, un caballero dispuesto a hacer todo para enseñarle a sus amigos las lecciones más importantes de la vida, me siento culpable de haber querido atacarlo.

En fin, este mes hemos descubierto tierras increíbles, Yune está maravillada con la comida de este reino, debo vigilarla para que no aumente demasiados kilos, es increíble cómo puede comer tanto, yo por otro lado he forjado una espada de un material extraño autóctono de este continente, de verdad es increíble, brilla a la oscuridad y a pesar de que es grande, es muy ligera.

Si algún día salen de aventuras, les recomiendo que viajen al sur-este y visiten este reino tan extraño, Yune parece no querer irse de aquí así que quizás nos quedemos todo el mes. Ella me dice que hay algo que debe decirme pero tendré que esperar a que ustedes respondan esta carta, así que háganlo rápido porque me muero de curiosidad por saber que es.

Un Saludo
Atte: Sheizo y Yune.”

Al reverso de la nota había otra escritura muy diferente, al parecer Yune había escrito algo a escondidas de Sheizo antes de enviarlo.
“PD: Hola amigos, les mando saludos y quería decirles que en unos meses iremos de regreso, Sheizo va a ser padre y quiero que todos estén presentes para decirles la noticia, me gustaría que vieran la cara que pondrá cuando se entere, nos veremos pronto.

Atte: Yune y el pequeño heredero”


La sonrisa de cada uno de los miembros de la guardia real reflejaba los deseos de que el regreso de Sheizo fuese pronto.

-       Apuesto diez tragos a que se desmaya- empezó Hermes.
-       Yo apuesto veinte a que quedará congelado sin saber que decir…- agregó Daniel.
Yo le sumo cincuenta tragos a lo que dijo Daniel- sentenció Kaito enrollando la carta con tranquilidad.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Entre La Espada y La Pared

Ryukiba


Entre La Espada y La Pared






2da parte

La espada del Silencio


Ya era tarde, las personas se habían marchado y la fiesta había terminado, pero una persona seguía de pie en aquella fuente esperando con una mirada llena de rabia y un sentimiento de injusticia que no alcanzaba para reflejarse en su rostro.

-       Kaito…- repetía Sheizo una y otra vez en su soledad.

Luego de que Kaito anunciara su compromiso con la doncella Yune, Sheizo se había marchado del salón ignorando las palabras de Daniel, su puesto de vigilancia no significaba nada, el mantenerse allí y tener que ver todas esas caras le resultaba despreciable.

Luego de caminar en la oscuridad de los jardines del palacio finalmente se detuvo en la misma plaza junto al salón donde horas antes, Kaito y Yune hablaban muy cómodamente sobre casarse.

Las personas se fueron, las luces del salón se apagaron y solamente la luna era la que brillaba sobre el dolido espadachín que, por mas que mirase su reflejo en el agua de de la fuente, no lograba calmar su ira y desesperación.

-       Kaito…
-       ¿Me llamabas?- respondió una voz sorpresivamente a sus espaldas.

Sheizo se dio la vuelta y finalmente pudo ver bajo la luz de la luna el brillo de la armadura del Capitán Kaito, estaba de pie frente a él con su habitual expresión seria y tranquila.

-       ¿Por qué?- exclamó Sheizo sin contener las lágrimas de coraje.
-       Lamento que te sientas así…
-       ¿entonces por que lo hiciste?- interrumpió Sheizo levantando un poco mas la voz.
-       Era necesario…
-       ¡ERA NECESARIO!- explotó Sheizo y su mano tomo rápidamente el mango de su espada.
-       ¿levantarás tu espada contra tu capitán?
-       No, levantaré mi espada contra un amigo traidor… un tramposo y un…

Sheizo no necesitó terminar la frase, simplemente sacó su espada y apuntó con furia a su “capitán” quien con un suspiro levantó su lanza también apuntando a su oponente.

-       Si es así como quieres resolver las cosas…- dijo Kaito con un tono de decepción.
-       No me importa…- exclamo Sheizo colocándose en guardia- no quiero ver tu rostro, no quiero verte con ella, no quiero…

El espadachín arremetió contra Kaito, pero hubo un destello entre ambos y la espada de Sheizo salió volando y se clavó con fuerza en el suelo varios metros detrás de su dueño.

-       No… puede ser…- susurró Sheizo mirando la flecha en el suelo frente a él, era lo que le había desarmado, luego miró hasta la torre más cercana a su izquierda y reconoció el cabello rubio hondeando ante la brisa nocturna.
-       No me hagas hacer algo que no quiero…- dijo Lucas tensando otra flecha en su arco.
-       ¿Por qué?- exclamo Sheizo al ver a Lucas apuntarle- ¿también tú?

Sin esperar respuesta y sin importarle todavía las acciones de Lucas, Sheizo se dio la vuelta para ir en busca de su espada pero algo le bloqueo el paso nuevamente. Desde algún lado había caído el cuerpo de alguien grande y algo corpulento que rápidamente sacó dos grandes hachas de mano y levantándose con energía miró a Sheizo con unos ojos acusadores y comprensivos.

-       No tiene por que ser así…- exclamó Hermes- sólo cálmate.
-       ¿tu también?
-       Estas perdiendo el control Shei…- dijo otra voz desde la entrada del salón.

Daniel estaba de pie con sus manos levantadas las cuales emitían un aura color violeta oscuro en señal de que el hechicero atacaría con magia poderosa. Sheizo no podía creer que sus compañeros lo atacaran de esta manera, sin embargo luego de pensarlo por un rato se arrodilló en el suelo ya que era un hecho que no podría vencer a toda la guardia real por su cuenta.

-       ¿Cómo pueden hacer esto?- dijo Sheizo en un hilo de voz- ¿Cómo pueden estar apoyando algo tan injusto?
-       Sabemos lo mucho que te gustaba lady Yune...- dijo Daniel acercándose- pero no tienes que actuar de esa manera…
-       El capitán Kaito debe sentirse peor que nosotros ante esto- dijo Hermes- dejemos que nos explique.

Todos miraron entonces a Kaito, quien no había bajado su lanza durante todo este tiempo, sin embargo al ver que no recibiría ningún ataque se calmó un poco y comenzó a explicar todo con tranquilidad.

-       Primero que todo, agradezco su ayuda… aunque no era necesario y lo saben.
-       ¿Por qué haces esto?- dijo Sheizo conteniendo su ira.
-       Déjame preguntarte algo…-  Kaito miró directamente a Sheizo- ¿Cuánto conoces sobre Lady Yune?
-       Pues…
-       ¿sabes cuales son sus padres?
-       Eh… yo…
-       ¿acaso tienes idea de que sus gustos?
-       Bueno…
-       ¿sus actividades favoritas?
-       Yo no…
-       ¿sus miedos, Sus problemas, las cosas que odia?
-       No…
-       ¿sabes algo de ella que no sea su nombre?
-       No…

Hubo un tiempo de silencio en el que Sheizo hubiese preferido que lo atravesasen con las armas del ejército real que con aquellas palabras tan directas de Kaito. Lo más doloroso es que todo era cierto, Sheizo estaba loco por la doncella Yune pero como nunca le hablaba, no se molestó en saber más allá de su nombre.

Siempre la contemplaba y apreciaba desde una distancia demasiado lejana como para que esa información llegase a sus oídos, Sheizo quería salir con ella pero nunca había hablado lo suficiente a diferencia de Kaito que debido a su puesto de capitán, mantenía ciertas conversaciones con las doncellas, los reyes y todos en el reino.

Admitiendo la derrota, Sheizo se puso de pie y dándole la espalda camino completamente tranquilo a las escaleras.

-       Tienes razón…- dijo Sheizo sin preocuparse por los que estuviesen allí- supongo que debo pagar el precio de mi cobardía.
-       Portar una espada de silencio es un peso que solo aquellos que saben soportar la carga están dispuestos a llevar- dijo Kaito
-       No tienes que decirme mas…- dijo Sheizo deteniéndose a la mitad de las escaleras- creo que ya queda claro… si te gustaba Yune podías decírmelo también…
-       Puede ser… pero seguro reaccionarias como lo haces ahora… lo siento pero no hubieses podido hablarle o llegar a algo con ella de esa manera…
-       Ya me he rendido… no me provoques.
-       ¿planeas enfrentarte a la guardia real por ella?
-       Yo… me…
-       No digas mas… si se que te enfrentarías al mundo por ella… pero piensa… si de verdad significa tanto para ti… entonces su felicidad es mas importante que la tuya…
-       Lo sé…
-       Entonces…

Sheizo se dio la vuelta y observo a Kaito desde las escaleras, ante el brillo de la luna sus ojos parecían más penetrantes que nunca.

-       Solo espero que no la lastimes…- dijo Sheizo dándose la vuelta- adiós…
-       Sheizo- dijo finalmente Daniel- ¿estas pensando lo que yo creo?
-       Una semana para realizar el papeleo…- dijo Kaito adivinando lo que Sheizo trató de decir- luego…
-       Luego dejaré la guardia real…- terminó Sheizo avanzando en la penumbra sin mirar atrás.


A pesar de todo lo que dijeron sus compañeros sobre que estaba exagerando las cosas, Sheizo seguía firme en su decisión de dejar la guardia, Kaito entendía perfectamente que no podría seguir viendo el rostro de Yune junto a al capitán tan fácilmente.

De esa forma pasaron los días y la semana de servicio y papeleo se cumplió, despidiéndose de sus compañeros y dándole una reverencia a su antiguo capitán, Sheizo tomó sus cosas y abandonó el palacio para comenzar a vivir en una posada cercana.

-       No tenias que irte…- dijo Daniel un día que pasó a visitarlo- ¿no puedes simplemente entender las palabras de Kaito y seguir con tu vida tal como estaba?
-       No es sencillo amigo- dijo Sheizo mirando a la ventana- ver a Kaito todos los días y sentir esa punzada en el pecho… es duro…
-       Yo siento punzadas en el estomago… pero es cuando me da hambre… ¡anímate!
-       Agradezco que quieras hacerme sentir mejor…
-       Al menos puedes ir a la boda…- dijo Daniel tendiéndole una invitación- todos estamos invitados…
-       ¿crees que sea capaz de presenciar eso?
-       Hablas como si fuese una atrocidad…solamente por que no cumpliste tu capricho…
-       ¿capricho?- finalmente Sheizo prestó atención absoluta.
-       Estar haciendo todas estas cosas por una chica… la cual dices que te gusta pero no hiciste nada para demostrarlo… eso me suena a capricho… te encaprichaste con ella y ahora crees que debes renunciar a tu vida por que no la tienes… déjame decirte que es muy malo de tu parte…
-       Yo… no creo que sea capricho…
-       Si no lo es entonces ve a la boda… y demuéstrame que eres mejor que lo que dice Hermes…
-       ¿Qué dice Hermes?
-       Si vas a la boda lo sabrás… además de que me ganaré unas cuantas monedas por ello…

Daniel dejó la invitación en un taburete y levantando el bastón que traía al llegar desapareció de la habitación envuelto en una luz violeta. Sheizo contempló la invitación por unos segundos preguntándose todavía si quería ver la boda.

Las palabras del hechicero retumbaron en su cabeza toda la tarde, ya en la noche la idea no desaparecía de su mente, por lo tanto Sheizo tomó su espada, que le habían permitido conservar, y salió a las oscuras calles nocturnas del pueblo.

A pesar de sus pocos años de caballero, Sheizo estaba acostumbrado a no salir desarmado a ningún sitio, de igual forma sabía que aquel lugar del reino era un tanto peligroso por las noches ya que era parte del barrio pobre. Sheizo pensó que una caminata a la plaza central del reino le aclararía sus ideas, no le importó la lluvia que se avecinaba en el cielo.

Para cuando Sheizo llegó al sector central del reino ya empezaban a caer las primeras gotas, en su cabeza la idea de Daniel todavía no quedaba lo suficientemente clara.

-       ¿Qué se supone que debo hacer?- dijo Sheizo para si mismo al divisar la fuente  a la distancia.

Sheizo apresuró el paso como si la respuesta fuese a estar grabada en la fuente, con un poco de prisa avanzó por las calles mientras la lluvia se hacia cada vez mas fuerte, sin embargo al estar muy cerca escuchó risas y el galope de un caballo.

-       Oh Kaito…- dijo una voz femenina muy conocida- ¿Cuándo dejaras de ser tan misterioso?
-       Es un hábito…- dijo la voz del capitán de la guardia real.

Aprovechándose de los sonidos de la lluvia, Sheizo avanzó con cautela a través de la fuente y ocultándose en unos barriles pudo divisar lo que pasaba del otro lado de la fuente.

Kaito y Abdalla estaban galopando despacio por la plaza buscando refugio de la lluvia. Ambos bajaron del caballo cuando entraron en el toldo de una de las tiendas vacías, fue entonces cuando el corazón de Sheizo dio un vuelco.

Allí bajo la luz de la plaza, al ritmo de la lluvia, Kaito tomaba a Abdalla de la cintura acercándola a su cuerpo, luego Abdalla colocó sus manos alrededor del cuello del capitán y ambos se besaron tan apasionadamente que a primera vista era difícil saber quien era quien.

El sonido de los truenos ahogo la exclamación de Sheizo, la mejor amiga de Yune y su prometido, el capitán de la guardia real tenían esta relación tan “intima” a espaldas de todos. Kaito pasaba sus manos por la espalda y la abundante cabellera de Abdalla, mientras la joven acariciaba todo lo que sus manos podían alcanzar, luego de varios minutos ambos finalmente se separaron.

-       ¿Cuánto tiempo vamos a hacer esto?- dijo Abdalla con algo de preocupación.
-       Primero debemos esperar a que la boda se celebre…
-       Eso ya lo se… pero digo… ¿Qué pasará cuando la boda acabe?
-       Dejaremos correr un año al menos, eso entonces será suficiente para poder abandonar a Yune y poder irme contigo…
-       ¿un año?
-       Al menos… recuerda que soy el capitán de la guardia real…
-       Y un pésimo capitán…- exclamó Sheizo finalmente.

Esta vez no había perdón alguno que cruzara la mente de Sheizo, sacando su espada comenzó a caminar con pisadas fuertes hasta donde estaban Kaito y Abdalla, quien saltó de sorpresa separándose de Kaito, sin embargo el capitán de la guardia real no mostró señal de retroceder y estirando una mano sacó su lanza que reposaba junto a su caballo.

-       Hace tiempo que no te veo…- dijo Kaito con calma avanzando hasta Sheizo- tu pelo ha crecido bastante…
-       Confié en tus palabras…- dijo Sheizo sin prestarle atención a las palabras de Kaito- creía que la cuidarías… que estarías con ella y sería feliz…
-       Por lo menos durante un año si…
-       ¿Cómo te atreves a usarla de esa manera?- estalló Sheizo y luego vio a Abdalla- ¿te dices llamar su mejor amiga?
-       Yo…- musitó la chica.
-       No le digas nada Abdalla- interrumpió Sheizo- no vale la pena… alguien como él…
-       No puedo creer que tuve que servirte todo este tiempo… alguien tan despreciable…
-       ¿eso piensas de mi?- Kaito no parecía alarmado en lo mas mínimo.
-       ¿acaso no conocías a Yune?, ¿acaso no me dijiste que debía alegrarme por su felicidad si tanto me importaba?
-       Claro que lo dije…
-       ¿entonces como pretendes que me alegre si planeas usarla y engañarla?
-       No es algo que te interese… Yune es mi prometida, no tuya… debes alegrarte por su felicidad, va a casarse…
-       ¿Qué hay con todo ese rollo del compromiso que hablaste en la celebración?
-       Es lo que pienso… y todo era parte de mi declaración... tenía que hacerlo publico claro…
-       ¿así que planeas casarte con Yune y engañarla durante un año para luego irte con Abdalla y abandonarla?
-       Como ya dije… son asuntos privados míos… ya no eres miembro de la guardia… no tienes derecho siquiera a preguntarme nada… no tienes rango para que yo considere que seas digno de contarte siquiera que desayune esta mañana…
-       No mereces ser capitán…
-       Pues el rey y todos piensan lo contrario...

Sheizo levantó su espada y se dispuso a atacar a Kaito, pero su estocada no llegó ni a rozar sus mojadas ropas, a diferencia del arma del capitán que se encargó de golpear con fuerza la espalda del espadachín.

-       Veo que llevas la armadura de la guardia y la espada…- rió Kaito- no puede haber mayor deshonra para nosotros que eso…
-       ¡CALLATE TRAIDOR!- gritó Sheizo ahogado por los truenos que aumentaban la fuerza de la tormenta.

Una vez más, Sheizo arremetió contra Kaito usando uno de los movimientos más rápidos que tenia, pero fue inútil ya que su espada chocó contra la solida lanza del capitán.

-       Sabes que no puedes ganarme…- dijo Kaito con su voz tranquila, algo aburrida.
-       No importa… estoy dispuesto a morir si es necesario…
-       ¿morir por ella? Vamos Sheizo, eres un tonto si crees que eso funciona…
-       Al menos no soy de los que traicionan, engañan y abandonan…

Sheizo trataba de cortar repetidamente a Kaito con sus movimientos pero el capitán daba a relucir su titulo bien merecido atrapando, esquivando y defendiendo cada movimiento del espadachín.

-       ¿de verdad estás dispuesto a enfrentar a un adversario mas fuerte?- se extrañó Kaito mientras bloqueaba los ataques frenéticos de Sheizo.
-       Estoy dispuesto a enfrentarme al mismísimo rey…
-       ¿Qué significa ella para ti?
-       Ella…- Sheizo se detuvo y retrocedió un poco para pensarlo, eso era lo que Daniel estaba tratando de hacerle entender- ella… es para mi, una persona maravillosa… cuando veo su sonrisa… el día se hace mas brillante, su personalidad tan alegre y viva… en mi pecho reboza tal emoción… quiero estar a su lado y vivir de esa alegría y sentir su emoción con mi alma…
-       Estas exagerando…- respondió Kaito levantando una ceja.
-       Por esa razón… no soportaría verla llorar… o ver su corazón destrozado por alguien como tú… por esa razón… me enfrentaría a diez reinos para evitar que las lagrimas se derramen por sus mejillas.
-       Interesante…

Motivado por esta nueva fuerza, Sheizo se sintió capaz de vencer a miles de hombres y arremetió una vez más contra el imperturbable y algo incrédulo Kaito, quien esta vez tuvo que moverse a un ritmo un poco más rápido para bloquear los ataques del espadachín.

-       ¡esto es por el bien de Lady Yune!- gritó Sheizo como si eso le diera mas fuerza- KAITO…

Sin embargo, cuando Sheizo finalmente pensó que había encontrado una apertura en la defensa del capitán se lanzó con todo por ella, pero lamentablemente para sorpresa suya, todo era una trampa de Kaito quien había dejado esa apertura a propósito para poder atravesarlo con su contraataque.

Un trueno seguido de un relámpago hizo brillar el cielo, la lluvia finalmente comenzaba a detenerse y la luna apareció de entre las nubes iluminando la plaza. El cuerpo de Sheizo cayó con fuerza al suelo, a pesar de usar la armadura de la Guardia Real, la lanza de Kaito había logrado penetrar su defensa y ahora todo su pecho estaba repleto de sangre.


-       ¿Cómo rayos pudiste hacerlo?- Exclamó Sheizo con fuerza- Kaito…
-       ¿acaso no era eso lo que estabas buscando?- dijo Kaito con voz calmada.
-       ¿Cómo te atreves a usarla de esa manera?- especificó Sheizo y fue cuando la expresión de Kaito siempre serena y tranquila se tornó en una sonrisa irónica.
-       ¡ah!- exclamó el Capitán de la Guardia Real agachándose junto al cuerpo lastimado de su “colega”- ¡ahora veo a que te refieres!
-       No te burles…- musitaba Sheizo, pero sus palabras se debilitaban cada vez mas debido a la perdida de sangre.
-       Deberías guardar silencio- dijo Kaito revisando la herida de Sheizo- no debe ser difícil para ti… después de todo eso es lo mejor que sabes hacer…
-       Eres un…

Sheizo trató de golpear al capitán con sus manos pero la perdida de sangre le hizo imposible cumplir con esa tarea.

-       Es inútil compañero…- dijo Kaito con su habitual voz tranquila y reconfortante.
-       No me llames… compañero- dijo Sheizo ya totalmente agotado, comenzaba a ver sombras a su alrededor.
-       Como tu lo digas… pero antes de despedirnos te diré algo- Kaito se acercó a Sheizo para susurrarle en el oído- Aprende, que no importa que sientas por ella, no importa que pienses de ella, no importa que quieras hacer por ella, nada de eso vale la pena si solamente eres tú el que lo sabe, por eso has fallado y siempre fallaras…
-       Yu…ne…
-       Adiós, Sheizo…


La luz de la luna desapareció de los ojos de Sheizo y todo a su alrededor se volvió oscuro y silencioso como siempre en su vida.